Es un Monumento del Siglo XVIII ubicado en el corazón del Almanzora, en la Aldea de Almanzora del Término Municipal de Cantoria, que está considerado como el edificio doméstico de Estilo Neoclásiico más espléndido de la provincia de Almería.
El Palacio de los marqueses del Almanzora pudo tener su origen en el siglo XVIII cuando en el Marquesado de los Vélez decidió dividir en tres zonas administrativas su área geográfica y se construyó sobre las ruinas de un alcázar musulmán. La primera construcción fue creada por D. Juan de Benavides, Capitán del Almanzora. Primero, en los Llanos del Almanzora construyeron un edificio con graneros para recogida de cereales, almazara, áreas de vivienda y áreas administrativas, aprovechándose posteriormente del edificio principal, como casa de las familias de los Marqueses de Villafranca y del Marqués de la Romana.
En 1637 pasó a ser de la Casa de Benavente, el X Marqués de los Vélez, D. Antonio Álvarez de Toledo compró los Mayorazgos de Almanzora y encargó al arquitecto titular de la Academia de San Fernando, Ventura Rodríguez, la transformación de la casa de Almanzora en un palacio representativo del neoclásico en la zona.
A mediados del Siglo XIX, tanto el edificio principal, como 10 que constituían la finca principal del Marqués de la Romana, con 47 casas-cortijo, 3 molinos harineros, 3 almazaras, etc., fueron vendidos por la Duquesa de Montalbo a un rico industrial minero de Cuevas del Almanzora, D. Antonio Abellán Peñuelas, al que luego se le concedería el título de marqués del Almanzora.
La decadencia de la minería afectó a los herederos del Marqués y una parte importante de sus propiedades en Almanzora, incluido el palacio, pasaron a D. Juan March Ordinas que nombró un Administrador para que las fuese vendiendo. El palacio fue adquirido por dos familias cuyos herederos aún mantienen la propiedad. Ahora mismo el Palacio es de Ángel Alonso Molina, familiar heredero de una tercera parte del edificio, y las otras dos partes pertenecen al Ayuntamiento de Cantoria y a Fulgencio López Molina, empresario conocido de la zona.
El edificio consta de dos partes bien diferenciadas (en total su superficie construida es de 5.000 metros):
- Una barroca, la que fue diseñada por Fray Pedro de San Agustín, situada a la derecha del Patio de Armas y que ubicaba la almazara, cuadras, sala de carruajes, graneros y La Capilla.
- Otra zona neoclásica, la del maestro Ventura Rodríguez, que es el área residencial y de servicios y la que transmite el carácter monumental y palaciego a todo el edificio. Por ala Sur estaban los jardines, más de 10 Ha. de terreno con fuentes, bancos, árboles y plantas de variadas especies y hasta un lago navegable.
Lo más curioso es que el Gobierno de España lo declaró Monumento Histórico Artístico en el año 1982 y Patrimonio Histórico Andaluz en 2006 pero durante los últimos años el edificio ha estado abandonado y abierto al saqueo y vandalismo sin que se hiciera nada por evitarlo, incumpliéndose las obligaciones que a los propietarios y a las Administraciones les marca la Ley del Patrimonio Histórico:
“Artículo Noveno:
- Gozarán de singular protección y tutela los bienes integrantes del Patrimonio Histórico Español declarados de interés cultural por ministerio de esta Ley o mediante Real Decreto de forma individualizada.”
Ante esta situación de abandono, a principios de 2008 nace la “Asociación de Amigos del Palacio del Almanzora” con el objetivo de reivindicar la recuperación arquitectónica del Palacio y su destino a actividades culturales y turísticas que impulsen el desarrollo sostenible de la Comarca del Almanzora. Este movimiento es apoyado por otras asociaciones, periodistas, entidades, artistas y nace la “Plataforma Ciudadana Salvemos el Palacio del Almanzora”.
Lo cierto es que desde hace muchos años ninguna Administración con posibilidades para ello han hecho algo, aunque hayan apoyado en todos los actos reivindicativos y se han visto presentes en todo lo que se ha realizado pero nunca se ha movido ni un dedo.
En 2020, el uso del edificio estaba en manos de los diferentes dueños, pero se firmó la cesión de su uso al Consistorio durante el próximo medio siglo buscando el compromiso de que se restaure pero éstos afirman que es imposible hacer frente al coste tan elevado que esto supone, que rondará en torno a seis o siete millones de euros, aunque también se denuncia que el Ayuntamiento ha dejado pasar en varias ocasiones la convocatoria para recibir la ayuda para trabajos de conservación o enriquecimiento de bienes inmuebles del Patrimonio Histórico Español dentro del “Programa del 1,5% Cultural” que cada dos años ofrece el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
Lo que no ha facilitado las cosas es el carácter privado de parte del Palacio pero la responsabilidad no sólo debe recaer sobre la Junta y el Gobierno Central, la sociedad civil también debe recapacitar, salvo las excepciones previamente mencionadas, hace lustros que nadie alza la voz por el palacio, excepto los de siempre. Toda la comarca debería estar detrás de este proyecto y alzarse ante su mejora pero lo cierto es que nadie hace absolutamente nada.