La tierra volvió a temblar este lunes en la provincia de Almería. Un terremoto de magnitud 5,3 se registró al sureste del Cabo de Gata, convirtiéndose en el más potente de los últimos 70 años en la zona, según los datos del Instituto Geográfico Nacional (IGN).
Aunque la provincia cuenta con un largo historial sísmico, la ubicación concreta del epicentro —a unos 30 kilómetros mar adentro de San José (Níjar)— ha sorprendido a los expertos, ya que no se tenía constancia de terremotos de magnitud similar en ese punto. El anterior de mayor intensidad en esa área data de 1956, con una magnitud de 4,3 y una intensidad leve.
Una provincia marcada por los temblores
Almería está situada en una de las zonas con mayor actividad sísmica de Europa occidental, debido a la presencia de fallas activas como la de Carboneras, la de Alhama de Murcia y los sistemas tectónicos del mar de Alborán. Esto ha provocado, a lo largo de la historia, episodios devastadores en varias comarcas de la provincia.
Uno de los terremotos más trágicos registrados en la península tuvo lugar en 1522. Con epicentro en las Alpujarras, afectó gravemente a la actual zona de Instinción. Se estima que alcanzó una magnitud de 6,8 y causó más de mil víctimas mortales, además de arrasar la ciudad de Almería y dejar daños en más de 80 localidades. La ciudad quedó prácticamente en ruinas: el 80 % de las viviendas colapsó y la muralla fue reducida a escombros.
El Levante almeriense también ha sido escenario de otros seísmos históricos. En 1518, un violento terremoto destruyó completamente la antigua ciudad de Vera (Bayra), obligando a reconstruirla en una zona más segura. Mojácar también sufrió grandes daños en ese mismo episodio.
Otros episodios notables
Durante los siglos posteriores, los terremotos continuaron afectando la provincia. En el siglo XVII, la Alcazaba de Almería volvió a sufrir daños estructurales. En 1804, el Poniente fue sacudido por un seísmo que destruyó numerosos edificios en Dalías, Roquetas y Berja.
Ya en el siglo XX, municipios como Santa Fe de Mondújar, Ocaña o Las Tres Villas registraron movimientos relevantes. En 1993, Adra fue epicentro de un terremoto de magnitud 5,0 que, aunque no dejó grandes destrozos, sí provocó grietas y pequeños desprendimientos en diversos puntos de la comarca.
Prevención y memoria histórica
Aunque el seísmo de este lunes no ha causado daños personales ni materiales destacables, ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de seguir reforzando la prevención y preparación ante este tipo de fenómenos en una tierra donde la actividad sísmica forma parte de su historia y su identidad.