Francisco Javier Fernández Espinosa nació en el municipio de Tíjola, Almería, en 1974. Está estrechamente vinculado a la cultura y al desarrollo local. Se ha dedicado a la gestión pública, siendo promotor y dinamizador de importantes iniciativas locales y comarcales.
Pero también siente un gran arraigo a la literatura, es autor de múltiples poemarios, entre los que destacan Teoría del abrazo (Tágilis Ediciones, 2008) o Poemas de un pasado imperfecto (Instituto de Estudios Almerienses, 2020). Ha publicado tres antologías poéticas y sus poemas han sido incorporados en compilaciones como Versos para bailar, o no (Almuzara, 2019), así como en revistas literarias y culturales de España e Iberoamérica.
Ha impartido conferencias, recitales y talleres literarios, además de ser jurado y promotor de diversos concursos y jornadas. Ha coordinado la Semana de la Poesía de Vera, se ha encargado de la programación del Aula Literaria del Almanzora.
El poeta Francisco Javier Fernández Espinosa ha escrito un poemario titulado «Todas aquellas palabras», un trabajo íntimo que es un viaje en el tiempo a través de los agujeros negros del universo más personalista del autor. Según como él mismo lo define, en este libro, el poeta es «lo que queda por vivir», pero también lo que ya ha vivido.
Cómplices
«La tristeza ha venido como un buque vacío» Francisco Umbral
Porque somos de quienes
nos buscan en los días averiados.
De quienes se enamoran
de nuestra ruina
como si paseasen por Pompeya.
Igual que cuando Miguel Hernández
recitó su duelo por Sijé
subido en una mísera escalera.
Qué desconocidos fuimos
si tan sólo llegamos a amarnos.
También debimos ser
cómplices en la decadencia.
Agradecido
«Estos días azules y este sol de la infancia» Antonio Machado
Cuándo encontraremos la paz del tiempo.
Cuándo quedará compensado tu
miedo a morir más allá de la muerte.
Si te dijera que me encuentro a veces
traspasado por las luces y los
nombres indefensos de las ciudades,
al otro lado de los números de
teléfono, de los aforismos y
la vida aquella que sólo parece
una alegoría inmediata de la
ausencia. Si te confesara estar
agradecido por aquellos días
tan azules y ese sol de la infancia,
es posible que también te diga que
hemos de volver para acabar de irnos.
El amor puede ser un ajuste de
cuentas o un corazón de yeso envuelto
en cotidianas capas de pan de oro.
Sólo tengo todo aquello que he dado
pero desconozco si es suficiente.
Mujeres
¿Y si Dios fuera mujer? Mario Benedetti
Hay mujeres que mueren
sólo una vez,
después del bocado a la manzana,
de la rutina de los buenos días.
Después de que su sombra
recorra la fachada de un gran edificio.
Hay mujeres que mueren
antes de que les llegue la muerte
porque el miedo atraviesa sus días.
También hay mujeres
que no mueren
aunque estén muertas
porque su luz sigue prendida.