Chercos Nuevo se sitúa en pleno corazón de la sierra, entre las Villas de Tahal y Macael y a unos 75 kilómetros de distancia hasta la capital.
Originariamente era “Chercos Viejo” pero éste fue deshabitado en los años 40 y se encuentra a unos 3 Km monte arriba. Las autoridades decidieron que abandonarían la antigua ubicación, ya que se asentaban en un barranco abrupto y de difícil acceso, coronada por un castillo islámico medieval, sitio estratégico para defenderse de posibles invasiones pero que ya esta razón era innecesaria y hacia 1940 la villa se trasladó a “Chercos Nuevo” , con una localización mucho más fácil para el futuro desarrollo del pueblo.
Geográficamente están en dos zonas diferentes pero a la parte vieja se puede ir andando, se tardará más o menos una hora, el sendero es a través de la rambla y está señalizado. Se trata de la ruta GR-44.
En Chercos Viejo se sitúa la construcción megalítica de “Piedra Labrá” y sus misteriosos grabados.
GRABADOS RUPESTRES DE LA “PIEDRA LABRÁ”
Desde la Piedra Labrá se domina todo el valle del Río Chercos, distando los grabados del pueblo unos dos kilómetros. A la “Piedra Labrá” también se le conoce por otros nombres populares, como “La Piedra Escrita”, “La Piedra de los Moros” y la “Piedra de la Encantá”.
Los residentes de Chercos, piensan que “La Piedra Labrá” es del tiempo de los moros y sus grabados no son más que letras que nos indican el lugar donde hay enterrado un tesoro.
La estación de “La Piedra Labrá” se compone de dos rocas. Al borde de una terraza artificial escalonada para el cultivo agrícola. Son de pizarra gris metamórfica muy exfoliable y distando una de otra tres metros.
La número I está clavada verticalmente sobre el suelo y es de forma más o menos rectangular : 60cm de altura por 1 metro de anchura.
La número II: está a tres metros de la número I. Es una gran roca de unos cuatro metros de altura.
En ambas rocas son de carácter esquemático, pudiendo incluirlos dentro de tres estilos: antropomorfos de “brazos en asa” o en “phi” griega, indaliformes y cruciformes.
Hay gran variedad de escenas representadas pero algunas, la verdad es que son imposibles de descifrar aunque en algunas incluyen al conocido Indalo, escenas de ganadería, representaciones humanas simbólicas como jinetes y guerreros armados e incluso algún posible carro. También hay como varios tipos de “herraduras”.