Una veintena de vecinos se acercaron el pasado viernes al Real de Antas para escuchar la charla del historiador albojense Miguel Ángel Alonso Mellado, que llegó con ganas de rescatar parte de la historia olvidada de nuestra tierra. La ponencia, organizada por la asociación Argaria, se enmarcó dentro del 5º aniversario de la Feria del Real de Antas, celebrada los días 27 y 28 de junio.
Miguel Ángel, que siempre lleva por bandera su pasión por la historia del Almanzora, agradeció en redes la acogida: “Muy agradecido de la acogida que tuvo mi conferencia en Antas. Gracias a la asociación Argaria por esta magnífica velada histórica”.
Y es que no se habló de un cualquiera. El protagonista de la noche fue nada menos que don Antonio Abellán Pañuela, el conocido marqués de Almanzora, una figura clave —y muy polémica— en la historia de nuestra comarca. Según contó el historiador, este señor llegó a tener unas 90 fincas repartidas por varios pueblos del Valle, pero lo más sonado fue cuando logró, “con sigilo”, cambiar el trazado del tren que debía unir Murcia con Granada.
“En 1867 el plan era que el tren pasara por Los Vélez, pero el marqués, que ya tenía su palacio montado en Cantoria, movió hilos en Madrid para que el trazado pasara por delante de su casa”, contaba Alonso. Y así fue. Los albojenses se dieron cuenta casi 20 años más tarde, en 1887, cuando empezaron las obras y vieron que, en lugar de estación, lo que les habían dejado era un buen corte de manga.
Pero su influencia no acabó ahí. También metió mano en el Levante almeriense, donde amasó fortuna gracias al “pelotazo” minero que supuso el descubrimiento del filón del Jaroso, en Cuevas del Almanzora, allá por 1838. Su familia era accionista de las primeras sociedades mineras y él mismo montó en 1850 una fundición a la que llamó “La Atrevida” (nombre que, visto lo visto, no le iba nada mal).
Ya en los últimos años del siglo XIX, el marqués fijó la vista en el Real de Antas. En 1899, agrupó unas 15 haciendas bajo un mismo nombre: Milagro de San José, ampliando así su pequeño imperio por tierras antusas, cantorianas y de otros pueblos vecinos.
