Son muchos los amantes de la naturaleza que vienen a nuestro Valle a desconectar del bullicio y el ajetreo de las grandes ciudades o incluso los propios vecinos y vecinas encuentran en nuestros espacios naturales una alternativa para pasar estos días de excesos y festividades. Os contamos algunos lugares dónde poder perdernos en estas Navidades.
- Los Estrechos de Urrácal
En el pueblo de Urrácal, con tan sólo 300 habitantes, se encuentra un desfiladero impresionante de 500 metros de longitud entre dos paredes separadas por menos de dos metros.
Para llegar al estrecho, es necesario estacionar el vehículo cerca de la salida del pueblo de Urrácal, específicamente en la zona de las piscinas. Luego, debes tomar una pista que se adentra hacia abajo por la rambla. Aunque el lugar no está muy señalizado, si tienes dificultades para ubicarte, puedes preguntar a algún lugareño. La visita no te llevará mucho tiempo, ya que una vez que atravieses el estrecho, es probable que regreses por el mismo camino.
Es importante destacar que la zona puede inundarse, por lo que es recomendable realizar la visita cuando el caudal del agua no la vuelva impracticable.
2. Fuente de San Ginés en Purchena
Se encuentra en la localidad de Purchena, junto al río Almanzora.
Un diminuto oasis oculto, sin indicaciones claras y escasamente documentado, lo que posiblemente te lleve a buscarlo sin éxito.
La ruta más sencilla implica dirigirte desde Purchena hacia el río Almanzora. Puedes llegar a él siguiendo la calle Granada hasta el final. Avanza a lo largo de su cauce en dirección al puente por el que cruza la carretera. Justo antes de la curva, descubrirás, a tu izquierda, el manantial de la fuente de San Ginés.
3. La «Cerrá» de Tíjola
La ruta que conecta la ermita de San Salvador con la Fuente del Huevo es una de las más clásicas en la región. En nuestro caso, seguimos este trayecto y, partiendo desde la Fuente del Huevo, ascendimos hasta la Cueva de la Paloma. Posteriormente, exploramos Tíjola la Vieja y descendimos, de una manera poco convencional, hasta la ermita de San Salvador, donde habíamos estacionado el coche.
La Cerra(da) de Tíjola recibe su nombre por las imponentes paredes que se extienden a ambos lados del río Bacares. Este paisaje resulta sorprendente y alberga vestigios de antiguos molinos, así como algunas cuevas.
El caudal del río suele ser bastante bajo y en total, son casi 8 km, siendo bastante sencillo el tramo desde la ermita de San Salvador hasta la Fuente del Huevo.
Desde la Fuente del Huevo hasta la Cueva de la Paloma, el ascenso es más que difícil, con una pendiente empinada y una elevación considerable, por lo que se recomienda precaución para aquellos que sufren de vértigo severo. Desde la Cueva de la Paloma hasta Tíjola la Vieja, el terreno es prácticamente llano, y de Tíjola la Vieja hasta la ermita de San Salvador, el desnivel vuelve a ser considerable, pero en esta ocasión, en descenso.
4. El Aljibe de Serón
Se trata de un asombroso oasis en medio de un paisaje predominantemente seco, dónde brota de manera natural un manantial con una temperatura constante de 20-23 grados. Este oasis se encuentra cerca de la barriada de Fuencaliente aunque existen varios senderos pero no está bien señalizado.
En dos de sus flancos, el aljibe cuenta con la protección de dos muros de piedra, dejando un acceso en uno de sus extremos. El agua que alberga es cristalina y exhibe un tono azul turquesa, con una profundidad máxima de metro y medio y una temperatura más que agradable. Aunque es un sitio que suele ser visitado por los residentes locales, al mismo tiempo es un lugar respetado y se conserva en óptimas condiciones.
5. Las canteras de Macael
La calidad del mármol de Macael es reconocida a nivel mundial, y la extracción y elaboración de este material constituyen uno de los motores económicos más importantes, sino el más importante, de la región. En los últimos años, se ha iniciado el aprovechamiento turístico de este recurso.
En las cercanías de este municipio, cuna del mármol, se encuentran las canteras de donde se extrae el mármol, y en la carretera AL-6105, que conecta Macael con Chercos, encontrarán señalizados un par de miradores.
Desde el Centro de Interpretación del Mármol, ofrecen visitas guiadas a varias canteras.
Otro fenómeno interesante que se puede observar en las canteras es la formación de «pantanetas». Estas son emanaciones de agua que surgen después de la explotación de una cantera. El agua se filtra desde las capas subterráneas y se mezcla con la lluvia, formando lagos de un llamativo color azul turquesa. Cada año, suelen inundarse un par de canteras, aunque no siempre son las mismas. Visualmente, es un fenómeno muy atractivo e incluso hay personas que se animan a bañarse en verano.
6. La Cueva de la Paloma
La Cueva de la Paloma se erige como uno de los tesoros espeleológicos del Valle, destacando por su impresionante abertura en medio de una explanada de tono rojizo.
Al no ser un destino turístico muy frecuentado, lo que permanece oculto en su interior queda reservado para aquellos expertos que se aventuran a explorarla, en caso de que existan.
Desde el exterior hay una vistas muy interesantes sobre el valle.
Se puede llegar a pie desde la ermita de San Salvador y recorriendo la Cerra(da) de Tíjola, y también en coche porque se estaciona a pies de Tíjola la Vieja y se baja hasta la cueva por un sendero habilitado.
7. La Balsa de Cela
Se trata de un manantial de aguas termales con una temperatura constante de 22 a 24 grados Celsius a lo largo de todo el año, y un flujo constante de 42 litros por segundo. Este espacio está destinado al uso recreativo, es totalmente gratuito y no tiene restricciones de horario.
La profundidad de las aguas varía entre 50 cm y 2 m, y se proporciona acceso mediante escaleras en todo su perímetro, incluida una rampa para personas con movilidad reducida. Con dimensiones de 50×50 metros, la apariencia del agua puede volverse más turbia en función de la afluencia de personas, y algunos consideran que el baño es más agradable por la mañana o en momentos de menor concurrencia.
De manera periódica, se drena la balsa para su limpieza, pero siempre está lista para los meses más cálidos. En sus inmediaciones, se encuentran numerosos establecimientos de restauración que ofrecen platos típicos de la región. El lugar cuenta con actividad tanto de día como de noche.
8. Vega Árabe y Castillo de Oria
Oria se distingue por su atractivo y singularidad como un municipio de marcado carácter rural que cautiva a quienes lo visitan.
Para iniciar esta excursión, podemos dirigirnos hacia la Basílica de Nuestra Señora de las Mercedes, construida en 1779. Aunque no seas un ávido visitante de iglesias, es probable que aprecies la belleza de su interior. Este templo guarda similitudes con la Basílica de Vélez Rubio, aunque es un poco más pequeño.
Luego, camina hacia la Plaza de San Antonio, donde se ubica el Ayuntamiento. Desde allí, encontrarás un letrero que indica el inicio de la subida al Castillo de Oria. Aunque se le llama «Castillo», en realidad fue una Alcazaba musulmana del siglo XIII, y aunque solo queden en pie algunos muros, vale la pena disfrutar de esta visita. Las vistas son impresionantes, ya que el recorrido rodea la montaña y ofrece hermosas panorámicas desde todos los ángulos.
9. Laroya y sus infinitos senderos
- Senderos Los Molinos y Reúl Alto
Son una excelente opción para aquellos que quieran disfrutar de una caminata avanzada, los senderos están bien señalizados aunque es de dificultad media-alta y de bastante duración pero merece la pena porque las vistas son preciosas.
- Sendero de la Encantada y el Charcón del Buey
Este sendero es mucho más ligero y fácil de realizar. Las vistas son increíbles porque a su paso podremos encontrarnos una cascada de más de 10 metros de altura y apreciar unos colores vívidos, los cuales van variando según la época del año en la que nos encontremos.
