La ciudad de Lorca fue frontera en la guerra con el reino de Granada, de ésta surgieron numerosas historias de enfrentamientos, choques y escaramuzas entre ambos bandos, entre ellos nos encontramos con el conocido como “Novia de Serón”. No es fácil encontrar un relato tan maravilloso, donde todos los protagonistas tuvieron un desenlace feliz, a pesar de que hablamos de un encuentro de guerra. Tiene la particularidad de que abarca tres territorios diferentes, estando involucradas las provincias de Granada, Almería y Murcia.
Según el investigador Joaquín Espín Rael, este episodio se remonta a 1478. Aunque hay otras teorías que dicen que según los datos aportados por las transcripciones fidedignas de los manuscritos de Pérez de Hita, realizadas por el Padre Morote, este hecho fue acaecido en el año 1440.
Cánovas Cobeño, en “Historia de Lorca” (1890), nos dice que un grupo de «jóvenes briosos y temerarios, convinieron en guardar extremado sigilo para que no pusiesen obstáculo sus familias ni la autoridad, y una noche salieron sigilosamente de Lorca y se juntaron en el puerto de Nogalte hasta cuarenta de a caballo y de las principales familias».
Eligieron a Diego López Guevara como jefe y se pusieron en marcha. La idea era enfrentarse a los moros de Baza, así qué hasta allí se dirigieron y cerca ya de Fuencaliente iban buscando la oportunidad de luchar hasta que se dieron cuenta que por la parte de Serón se acercaban poco a poco un grupo de moros con una muchacha mora montada en una mula.
Esta muchacha resultó ser la hija del alcaide de Serón e iba de camino a Baza para celebrar su boda con el alcaide de esta ciudad. Iban decididos y a paso ligero porque en Baza los esperaban ansiosos, hasta que fueron embestidos por el grupo de Lorca, a lo que no tuvieron más remedio que rendirse porque eran muchos y fuertes. Todos quedaron prisioneros, incluida la muchacha, excepto uno que consiguió escaparse y fue corriendo hasta Serón para avisar de la desgracia ocurrida.
El alcaide de Serón, asustado y preocupado mandó a sus mejores hombres al lugar dónde los lorquinos los esperaban para batallar. En esta acometida se dice que veinte moros quedaron fuera de combate al momento, a lo que éstos tuvieron que huir para no perder a más hombres en la contienda.
La mora, abatida y asustada al ver a sus hombres derrotados y muertos se resignó a su devenir, hasta que uno de ellos propuso y todos aceptaron devolverla a su familia de Serón, así qué fueron tras los moros y les lanzaron señales de que iban en son de paz. Finalmente le devolvieron a la joven mora prisionera y ésta en señal de agradecimiento se quitó una preciosa joya de oro y pedrería que llevaba en el pecho y la regaló al jefe de los cristianos, Diego López de Guevara. Además, también le entregó la cabezada de la mula en que cabalgaba en memoria de hecho del gesto tan honroso.
En el viaje de vuelta los lorquinos iban arrasando con todo lo que encontraban a su caso y llegaron a su ciudad con un gran botín.
INSPIRACIÓN EN EL ARTE
Sobre este suceso hay numerosas obras inspiradas, entre ellas, los cuadros de un pintor del renacimiento, Alonso de Monreal y otro del barroco, Miguel Muñoz de Córdoba, que recrearon el acontecimiento en sendos cuadros.
Sobre el robo de la novia de Serón se realizó una interpretación al fresco en el crucero del santuario de la Virgen de las Huertas e inspiró textos literarios como la composición en vernos de Juan López Barnés (1890).
En cuanto a la histórica cabezada, en el Museo Arqueológico Nacional se conserva un fragmento, realizado en cuero, seda, hilo de plata, ejecutada con técnica de fundición y esmalte, donación de Pedro Navarro en abril de 1889. El resto de la cabezada, que se conservaba en poder de una familia lorquina, parece que desapareció en 1934.
HERMANDAD DE BAZA, LORCA Y SERÓN
El pasado mes de febrero de este año 2023 se llevó a cabo el acto, en Serón, que supuso el hermanado cultural, casi seis siglos después, de los municipios de Baza, Serón y Lorca. Ésta ha sido simbolizada con una escultura en bronce del artista Roberto Manzano a la joven mora subida en una mula.
“Esta hermandad simboliza la hermandad y cooperación basados en la convivencia, la tolerancia y el reconocimiento hacia los valores socio culturales y patrimoniales que los identifican”- así lo afirmaron los alcaldes de las tres localidades.
