- María, ¿dónde nació y cómo fue su infancia?
Nací en Urrácal. Mi vida de pequeña fue maravillosa porque yo, a pesar de nacer en Urrácal, me crie en el cortijo de mi abuela. Y estábamos 10 o 12 primos y me lo “pasaba bomba”. Los llevaba a todos revueltos porque yo era muy nerviosa. No era ni la más chica ni la más grande, estaba en medio.
Mis padres entonces eran de Urrácal y luego se vinieron a Olula y yo me mudé con ellos y me case con mi marido “que en paz descanse” aunque él también era de Urrácal.
- Tenemos entendido que montaste una empresa de construcción, ¿cómo surgió esa idea?
Sí, bueno, primero puse una tienda de comestibles, que en aquellos tiempos no veía la forma de montarla. Esto sería en el 58 más o menos y me costó mucho trabajo porque no tenía dinero pero yo me metí en Albox que es dónde entonces servían, me metí con 1.500 pesetas y me dejaron “fiao” otras 1500. Entonces monté la tienda de comestibles e iba bien, iba creciendo.
Entonces estando en la tienda es cuando vino un viajante de Albox, un tal Sergimundo que tenía una tejera y me dijo: ¿”Usted sabría quién me podría vender aquí ladrillos?”. Y le dije: “Pues yo, yo te puedo vender ladrillos. Lo único es que no tengo dinero para comprarlos. Si quieres tu me los dejas, yo te voy vendiendo, conforme vaya vendiendo te los voy cobrando, me pasas un 10% y te vendo todos los que tu quieras”. Y así empecé con los ladrillos. Éstos iban aumentando y ya se nos quedaba pequeño, entonces tuvimos que vender la tienda, o sea, traspasar la tienda, vendí la casa y nos compramos dónde vivimos hoy que entonces era un bancal lleno de cebada.
Entonces empecé a vender cemento también y finalmente montamos una fábrica de hacer vigas de hormigón y de bovedillas. Y luego, azulejos.
También metimos obreros, llegamos a tener 14 obreros y dos camiones.
- ¿Hasta cuando estuvo abierta la tienda?.
Pues lo que pasó es que mi marido se me puso malo, con una enfermedad muy mala y ya no podíamos tener la empresa como queríamos y empezó a flojear, había pérdidas y la quitamos.
- Nos sorprende porque en el mundo de la construcción es más frecuente ver a hombres que a mujeres. Si ahora sigue siendo así, en ese tiempo lo era aún más, ¿cómo tuviste el valor de enfrentarte a esta situación?.
No sé, yo trataba siempre con hombres y a mi me daba igual. Además, mi marido me acompañaba porque a pesar de aquellos tiempos que los hombres eran tan machistas y todo eso, el mío no, tenía mucha confianza conmigo y colaboraba conmigo, me ayudaba.
Iba a Albox yo sola a comprar los ladrillos y yo iba a Lorca a comprar azulejos.
- Entiendo que con todos los que tratabas eran hombres. ¿Qué te decían ellos cuando te veían?.
Sí, todos eran hombres, no había ninguna mujer. A mí lo que me decían era cuando iba con el coche porque yo iba repartiendo con una furgoneta que teníamos material, pues me veían y me decían: “Mejor que estuvieras fregando los platos”. Y yo me reía y contestaba: “Es que se fregar los platos y se también hacer lo demás”.
- ¿Cómo era la relación con tus empleados, porque eran todos hombres obreros, cómo actuaban ellos con el hecho de que eras su jefa?
Bueno, ellos me decían “jefa” pero casi siempre era mi marido quien trataba con ellos porque él también era obrero.
- Tenemos entendido que fuiste de las primeras mujeres en sacarse el carnet de conducir.
Sí, fui de las primeras, sólo que muchas se lo sacaron como lujo. Se lo sacaban y luego no conducían pero yo si fui la que me tiré a conducir desde que me lo saqué. Eso fue en el año 70 más o menos.
- En el pueblo cuando ibas con el coche, ¿Qué te decían cuando te veían?.
Las mujeres no me decían nada pero los hombres si me veían en algún sitio que me costaba trabajo aparcar, se ponían en corrillo a mirar a ver como lo hacía. Pero yo no me ponía nerviosa ni nada: “yo hago más maniobras pero salgo de aquí” porque ellos esperaban que les pidiera ayuda para poder sacarme, pensaban “cómo es una mujer no va a poder salir”. Si ahora es así imagínate en esa época.
- ¿También conducías furgonetas?.
Sí, cogía la furgoneta y si tenía que llevar azulejos a algún sitio, cargaba el material y lo repartía yo sola. Y luego lo descargaba.
- Tenemos entendido también que promoviste la semana santa y los carnavales y que fuiste pionera en la creación de asociaciones.
Sí, primero hicimos la Asociación de Mujeres y luego la misma asociación creamos el paso de la Semana Santa, “El Amor Fraterno”. Y ya de ese fueron surgiendo los demás. Ya solo el primer año salieron 27 nazarenos y 13 manolas. Luego ya aquí en Olula el amor a la Semana Santa es una maravilla. Luego, estuve también en la Asociación de Mayores, “Edad Dorada”.
- ¿Se considera una mujer revolucionaria y comprometida con las causas sociales?
Yo sí, también hice un grupo para presentarnos en las elecciones, el partido se llamaba “Al son de Olula”. En la cabeza iba “Pilar Navío”: De esto hace como 15 años. Era independiente, íbamos de todas las ideologías. De derechas, izquierdas, de todo. Siempre me han gustado las causas sociales, ayudar. También estuve en la creación del “Banco de Alimentos”, que se llama “Hoy por ti, mañana por mi”. Yo soy la presidenta.
Al principio, cuando se creó, que fue en la crisis de 2007-2008 le dábamos comida hasta a 70 familias de Olula.
- ¿De dónde cree que le viene ese espíritu revolucionario?.
No lo sé, de ayudar a las personas, de parte de mi abuela y mi madre. Mi abuela tenía una finca, un cortijo, y allí comía todo el mundo. Si iba la Guardia Civil, comían ahí, si iba el padre cura, comía ahí, los pobres también. Le tenían una habitación a los pobres que pasaban por allí para que pasaran las noches frías. Y claro, eso lo llevas.
Mi madre también amasaba pan para vender porque la postguerra fue muy mala, había mucha hambre y le dejaba fiado a la gente un año entero, luego cuando recogían la cosecha, venían y le pagaban y dejaba de nuevo “fiao” hasta la cosecha del año siguiente. Así que mi madre también “fue más emprendedora que pa qué”, que luego puso también una tienda de comestibles. Y entonces pues todas esas raíces, las llevas. Porque lo has vivido.
- ¿Cómo fue el tema de conciliar su vida personal, cuidar a tus hijos, casa, con tener una empresa?
Cuando una persona quiere hace lo imposible porque yo limpiaba la casa de noche, cuando tenía a mis hijos acostados, me iba a lavar a las acequias que no se veía, porque yo abría a las 8 y a esa hora tenía yo ya que haber venido de lavar. El más chico me lo bajaba a la oficina y todo.
Nunca dejé de trabajar, me lavé dos cubos de ropa el día antes que naciera mi hija y ¡de rodillas!.
- ¿Dónde ha visto un cambio más grande de vuestra época a esta actual?
¡Si vosotros habéis nacido entre algodones!
Además, una mujer antes no podía salir, tenía que ir con manga larga y ¡que no te vieran hablar con un hombre!, de ninguna manera. ¿Y una mujer en un bar?. No podían entrar… y ahora no salimos, porque yo soy la primera que estoy siempre.
Antes, me acuerdo que salíamos mi marido y yo con una pareja de amigos y hablando una vez él le dijo a la mujer: “Es que cómo María trabaja”. Y a mí, “se me subió la sangre”, porque ella tenía que cuidar de cuatro hijos, al padre del marido y al marido. Y le dije: “¿es qué tu mujer no trabaja?, que está cuidando a cuatro hijos, a tí, tener la casa limpia, tener todo hecho para cuando tu vienes. ¿eso no es trabajar entonces?”. Eso me daba rabia, porque eran muy machistas. Lo que yo hacía, entonces, era una locura.
- ¿La gente de tu alrededor te apoyó en todo momento?.
Sí, yo no tuve muchas trabas, la verdad. Si que es verdad que yo en mi trabajo nunca me ponía falda corta, ni escote pero cuando salía me ponía mis faldas cortas y todo, porque a mi mi marido nunca me ha dicho lo que me tenía que poner, yo me ponía lo que quería. Si yo tengo un “marío” celoso, ¡yo me hubiera separado, yo me lo dejo!.
Yo es que no podía conformarme sólo con el sueldo de mi marido, cómo hacían la mayoría, yo estuve así los dos o tres años primeros de casada, pero yo no quería esa vida. Además, se ganaba muy poquillo y eso era miseria, no tenías pa comer.
- ¿Crees que tus nietas tendrán las mismas dificultades en un futuro si quieren ser emprendedoras?.
Pues puede que más porque no hay gobiernos, no hay políticos, se tiran unos a los otros y así no se levanta una nación.
Ahora mismo sólo mi hijo si que es emprendedor, cogió y se fue a Brasil hace 14 años a ser DJ y yo fui a verlo porque tengo una nieta allí. Me fui sola hasta Brasil con 80 años y a mi no me dio miedo, hice dos o tres transbordos y todo. Es que llevaba 8 años sin ver a mi hijo, ahí aprendes, sacas fuerzas de dónde sea.
