La Cueva de la Paloma es una impresionante abertura cavernosa que está situada en el municipio de Tíjola y que está rodeada de mitos y leyendas.
Esta fábula es compartida por los vecinos de Tíjola y Bayarque y éstos cuentan que durante las Guerras de las Alpujarras, en marzo de 1570, las tropas de Don Juan de Austria sitian el castillo de Tíjola la Vieja, teniendo lugar uno de los episodios más fuertes y duros de la rebelión morisca del Valle del Almanzora. Tíjola la Vieja contaba con un castillo y una muralla.
Se vivía un momento histórico complicado, ya que los moriscos de la zona estaban cansados de que se incumplieran los fueros firmados por los Reyes Católicos en las capitulaciones del Alto Almanzora. Así, los que se aferraban al castillo para defenderlo, aprovecharon el mal tiempo para huir de noche por la Sierra de los Filabres, y atravesaron el Almanzora hacia el norte.
Cuenta la leyenda que los moros huyeron en la noche llevando consigo un poco de víveres y los enseres que eran más valiosos para ellos, pero no consiguieron llevárselo todo y escondieron la mayor parte de sus riquezas en la Cueva de la Paloma, aprovechando sus grietas y cavidades.
A raíz de esta suposición, que un enorme botín se esconde en esta cueva, se han creado numerosas leyendas que han pasado de generación en generación, sobre todo en la comarca del Almanzora, en la que la busca de tesoros escondidos por árabes y los pasadizos secretos se han convertido en un elemento de dinamización para esta práctica deportiva.
La ruta de la Cueva de la Paloma no sólo es visitada por sus leyendas y mitos, su atractivo es interdisciplinar, ya que a sus inmediaciones se acercan adeptos al senderismo, ciclismo, que visitan el paisaje. Desde la ermita de El Salvador, que se reconoce por su cúpula de color celeste, a través del río Bacares subiendo hasta llegar a la Fuente del Huevo, nombre que recibe debido a la costumbre de ir hasta allí para comerse el hornazo con su huevo en la festividad de San Marcos. Desde ella se sube hasta la parte alta de la Cerrá y se llega a la famosa Cueva. Justo ahí se asentaba la antigua Tíjola, conocida como “Tíjola la vieja”.
Así, esta cueva se trata de una gran abertura cavernosa en una explanada rojiza debido a la acumulación de escombros de minerales. El interior está bastante derruido.
La Cueva de la Paloma y la Cueva Larga de Bacares son tesoros espeleológicos del Valle del Almanzora, en la cual podemos encontrar más de 200 grutas, según el Instituto de Estudios Almerienses.