Olula del Río es otro de los municipios que inaugura cada año con olor a pólvora y, en este caso, a pan. Con motivo de una de sus celebraciones más tradicionales en honor a sus patrones: San Sebastián, San Idelfonso y San Antón.
Los cebolleros comienzan esta mítica fiesta el 20 y 23 de enero en honor a San Sebastián y San Idelfonso respectivamente.
Durante estos días «lloverán» literalmente miles de roscos de pan por las calles de Olula del Río y este año, además, los olulenses recuperan una de sus tradiciones: «las ristras de roscos», que como novedad este año serán premiadas en un concurso para ver qué vecino se hace con la ristra más grande.
La costumbre era que los grupos de jóvenes se juntaran e hicieran ristras muy grandes de roscos, aunque en los últimos años se ha perdido esta forma de recoger roscos y se hacía en bolsas de plástico. Por ello, el Ayuntamiento premiará con 150, 100 o 50 euros a los más hábiles en la recogida de roscos.
Tradicionalmente había otro método de recogida muy peculiar que consistía en recoger todos los roscos posibles utilizando un jersey gigante de lana.
Dichos roscos solo se hacen este día y para esta ocasión y es promesa echárselo a los Santos, así la gente que está al lado de éstos intentan coger los roscos en el aire. El día de San Idelfonso se celebra la misma operación y en vísperas, carretillas, y al día siguiente la procesión de roscos. Pero, en esta ocasión, es San Idelfonso quien cede su puesto a San Sebastián.
El hecho de encender hogueras y arrojar carretillas por las calles del pueblo la crean los habitantes que una vez expulsados los moriscos, se repuebla Olula, y estos nuevos pobladores procedían principalmente del levante, sobre todo de las Comunidades de Valencia y Murcia, por lo tanto podríamos fechar esta tradición por el año 1600.
Esta fiesta, San Idelfonso y San Sebastián, fue declarada de Interés Turístico Nacional de Andalucía en el 1998. San Sebastián es patrón de Olula desde 1568, cuando D. Juan de Austria, durante la guerra que mantuvo con los moriscos en su sublevación y siendo gran devoto de él, lo estableció como patrón dando el pueblo a su protección.
La devoción a San Idelfonso empezó en 1666 y la tradición de tirar pan a estos Santos se cree que viene de promesas de agradecimiento por las cosechas, o que los terratenientes del municipio arrojaban los roscos de pan para que los habitantes de Olula pudieran comer durante esos días porque una de las características de dichos roscos es que se pueden comer aunque pase mucho tiempo por la composición de su masa.